Lo normal es usar un tercio de almendra tostada sin repelar (con la piel original), un tercio de azúcar y un tercio de agua. También se añadió una cucharadita de esencia de vainilla, la cantidad dependerá de la cantidad de almendras garrapiñadas que se quiera elaborar. Se introduce todo en una mecánica a alta temperatura inicial para que el agua emulsione y vaya desapareciendo poco a poco después de adoptar el jarabe o el almíbar el color oscuro de la almendra. Luego en una segunda fase se reduce el fuego a muy poco gas y la clave es el movimiento con pala de madera de la melaza (ya desaparece por evaporación toda el agua) y la almendra hasta que la mezcla cobra un aspecto arenoso. Tras su resfriado, se vuelve a subir la temperatura hasta que carameliza el azúcar. La clave reside en el uso del fuego lento para que no se peguen todas las almendras, sino que su caramelización sea lo más individual posible. El resultado es fantástico en boca, pero con el producto enfriado.
INGREDIENTES: Almendra, azúcar y agua. Esencia de vainilla y canela.
Contiene almendra.
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